viernes, 22 de junio de 2007

La Habana-Lima


Estaba buscando una foto de la madrina y la mamá en la Habana pero no encontré ninguna. Quería enseñarte cómo éramos cuando no estabas.
Es verdad que eres un bebé valiente. Esta vez, madrina en la Habana, terremoto dentro de mamá. EL SUSTO. Pero me guardaste la buena noticia al regreso: seguías aquí!
Verte es una impaciencia sin pausas. Ya quiero que estés y mi mano te alcance. Estamos aún escogiendo nombres para ti. A la mamá y al papá no le convencen los que la madrina ha escogido (es verdad que a veces a la madrina se le va la mano y se le ocurren nombres raros) y esperamos convencer al papá de otro nombre diferente de Telmo.
Te imagino pequeñajo y riquito, con olores suaves y piel dulce. Yo quiero que la mamá me deje tenerte a cada rato y vamos a ver si se puede porque sé que quiere tenerte mucho con ella. Y entre la mamá y el papá...no sé cuándo le tocará a la madrina.
Ya! Conseguí una foto en Lima, de antes de ti. Ya la pongo.
Desde la caricia, te quiero.
Madrinita

miércoles, 20 de junio de 2007

La Noticia



Asi fue como la mamá confirmó que estabas en la panza. Con dos rayitas!
Digo confirmar, porque ya tenía la ligera sospecha de que estabas creciéndole dentro, aunque había probado con un test de estos, y hasta con una prueba de sangre, y nada.
La verdad, estaba empezando a creer que las ganas de que estuvieras ahí, me estaban volviendo medio cucú.
Pero tenía fuertes motivos para creer que todos, el test, el médico, la beta-prueba 100% infalible, estaban más que equivocados...
y es que le estaba agarrando asquito a las sopas aji-no-men!
Indiscutiblemente, algo tenía que estar mal, o muy bien... asi que decidí ir a comprar otro test. No le dije nada a nadie, junté mis 15 soles con 50 centavos y me fui a la farmacia. - Me da un test de embarazo?
y me lo dieron.
Llegue a casa, subí las escaleras, y pipi a la obra. El test decía bien clarito que mejor se hacía en la mañana, pero como la mamá es muy caprichosa, se dijo que si estabas ahi, las 4 de la tarde, también sería buena hora.
Esperé los tres minutos más largos del día. Pero cuando miré, la otra rayita estaba ahi...me puse tan feliz, que habría saltado de alegría, pero tenía miedo que fueras a salirte, asi que mejor llamé al papá a la oficina, y le di la noticia. Cuando el papá vió la rayita se le aguaron los ojos, creo que también lloró un poquito, pero no sabría decirte, yo estaba tan contenta que no veia más que el titular de tu llegada.